martes, 11 de septiembre de 2012

2012 EL PEOR AÑO DE INCENDIOS FORESTALES

En lo que va de año se han quemado, mejor dicho “han quemado”, en muchos casos, más de 181.000 hectáreas, recordemos que una hectárea son 10.000 m2, estos datos son cada vez más precisos gracias a las fotografías aéreas que permiten calcular con mucha exactitud la extensión de terreno quemada.

Los medios de los que dispone el Ministerio de Medioambiente han sido utilizados en 405 incendios, dato muy superior a la media respecto a años anteriores, las Comunidades Autónomas más afectadas por los incendios forestales son: Castilla y León, Galicia, Comunidad Valenciana, Madrid, Murcia, Castilla La Mancha, Islas Canarias y Andalucía.

En el pasado mes de agosto coincidieron 52 incendios forestales en 26 provincias, tal circunstancia han ocasionado que el Ministro de Medioambiente, promueva un decreto ley de medidas urgentes.

La descentralización de las competencias que prestaba el Estado, fueron recayendo en las Comunidades Autónomas que con cierta avaricia veían en la descentralización la gallina de los huevos de oro, ya que la descentralización no solo se quedo en las Comunidades Autónomas, sino que estas a su vez descentralizaron multitud de competencias en las Provincias y estas en los Municipios, de ahí que un alcalde pueda recalificar terrenos rústicos y convertirlos en terrenos urbanizables, uno de los orígenes de la crisis provocada por la burbuja inmobiliaria.

Volviendo a los incendios forestales, las Comunidades Autónomas son las competentes en la defensa de los montes públicos, y son muchas las Comunidades Autónomas las que han reducido el presupuesto en la prevención de incendios forestales debido a la crisis económica que sufre todo el país.

Es importante recalcar que la situación climática de este verano es muy adversa debido a las altas temperaturas ocasionadas por las diversas olas de calor procedentes África, concretamente del desierto del Sahara, desde donde procedía un viento cargado de partículas y de aire muy caliente, junto con el periodo de sequía que estamos atravesando, estas circunstancias han hecho que este año nuestros montes estén mucho más secos, y la extinción de los incendios haya sido mucho más difícil.

Lo peor de todo es que saber que un alto porcentaje de los incendios forestales son provocados por individuos que esperan las condiciones más adversas para provocar los incendios forestales, gracias a la especialización de los agentes forestales y de la Guardia Civil en la investigación de los delitos medioambientales, hoy en día las técnicas permiten saber con rigor científico si un incendio forestal ha sido provocado intencionadamente, por actuaciones imprudentes o por causas naturales.

Por lo que el Ministro de Medioambiente ha insistido en la necesidad de reformar la tipificación de los delitos penales en materia medioambiental y modificar las penas a través del endurecimiento de las mismas en el caso concreto de los pirómanos, además se pretende modificar el sistema judicial, para que los delitos medioambientales sean juzgados directamente por jueces ordinarios.

Los artículos del Código Penal que podemos consultar en materia de incendios son los siguientes: 351, 352, 353, 354, 355, 356, 357y 358, algunos de los cuales serán modificados por el actual Gobierno, para tipificar o definir los delitos medioambientales en materia de incendios forestales de forma más rigurosa y endureciendo las penas.

Uno de los factores más destacado de este año, es el alto número de incendios forestales que ha afectado a zonas pobladas, donde se han quemado casas enteras, lo que indica la gravedad de la situación y que cada vez quedan menos zonas donde ciertos intereses ocultos motivan a los pirómanos a actuar.

El problema de los incendios forestales se repite cada verano en nuestro país y como vemos el problema no muestra signos de remitir sino que cada año se baten record de hectáreas calcinadas, de ahí la suma importancia de no reducir recursos sino incrementar cada año más en prevención, como siempre se dice los incendios forestales se previenen en invierno, con tareas de mantenimiento del monte tanto público como privado.

Las medidas a tomar desde mi punto de vista son las siguientes:

* El Estado debe recuperar la competencia de la gestión de los montes públicos de todas las Comunidades Autónomas.

* Eliminar de forma rigurosa especies arbóreas introducidas como el eucalipto.

* Incrementar los medios humanos y materiales en la prevención, vigilancia y recuperación de los montes.

* Permitir la explotación tradicional de los montes de forma sostenible.

* Ampliar los delitos medioambientales recogidos en el Código Penal, endureciendo las penas y dotar de mayor publicidad a los artículos que recoge el Código Penal en materia medioambiental, para que la sociedad aprenda que el medioambiente está protegido jurídicamente.

Personalmente pienso que las penas deben ir en función del delito, y la pena debe servir para que el delincuente repare el daño causado a la sociedad y se pueda reinsertar en la misma, por ello si fuera el legislador, propondría que en los casos de los pirómanos en vez de cumplir condena en la cárcel solamente, los delincuentes dedicaran 8 horas al día a plantar árboles y arbustos en la zona donde ocasionaron el incendio, de tal manera que la pena sirviera para reparar los daños y concienciar a la persona del estropicio causado.

* Utilizar los amplios recursos humanos y materiales del que dispone el Ejército, de forma rápida y precisa.

* Invertir en programas de vigilancia estables en el tiempo, contratando personal de forma estable, se han dado casos donde los propios empleados de los retener contra los incendios forestales, que son contratados mediante contratos  esporádicos y temporales han quemado el monte para así asegurarse el empleo la temporada próxima.

* Ampliar el número de Agentes Medioambientales y que dependan del Estado no de las Comunidades Autónomas.

* Recuperar las especies botánicas autóctonas, sustituyendo regularmente las extensas zonas de pinares por especies autóctonas, un ejemplo el Monte Abantos, tiene una zona en regeneración debido a un incendio forestal que se produjo en 1999 donde se quemaron 450 hectáreas, por lo que se debería recuperar esa extensión de terreno con especies como la encina y el fresno en la falda de la montaña, con robles desde la falda hasta los 900-1000 metros de altitud, con pinos por encima de los 1000 metros y con arbustos e herbáceas en las partes más altas.

En cuanto a la zona que se mantiene con vegetación ir creando clareos mediante la eliminación de ciertos ejemplares de pinos para que puedan dejar sitios a las especies autóctonas que en ciertas zonas están rebrotando pero que no pueden proliferar debido a la alta densidad de pinos que les crean un alto estrés a través de la competencia por la luz y por el suelo.

* Crear programas populares de plantación de árboles y arbustos, como por ejemplo: “un árbol por cada funcionario de la administración pública”, donde se organice un día laboral para que los funcionarios puedan plantar árboles, hacerlo también con los escolares, con los ciudadanos en general, incentivar a las empresas privadas a que sus trabajadores dediquen un día laboral a plantar árboles, todo ello coordinado por la administración que indique los lugares adecuados, facilite los árboles y arbustos autóctonos a plantar al igual que las herramientas necesarias, con esta medida en pocos días se podría plantar más de un millón de árboles y arbustos, con un coste económico muy reducido ya que las personas que plantarían los árboles y arbustos serían voluntarios.

* Facilitar el conocimiento del entorno que nos rodea mediante sendas guiadas por profesionales, de tal forma que a través del conocimiento lleguemos al respeto por el entorno natural que nos rodea. 

* Concienciar a la población del alto valor medioambiental, social y económico que tienen nuestros montes.

Un ejemplo que me sirve para explicar muy claramente el daño que se produce en un incendio forestal, es el siguiente:

Madrid dispone de unos de los museos más importantes del mundo, el Museo del Prado; imaginemos que un pirómano o un imprudente visita el museo, y decide quemar el museo porque no le gustan los cuadros que el museo alberga, porque quiere especular con el terreno que ocupa el propio museo, o simplemente una persona se pone a fumar dentro del museo y provoca un incendio, a otra persona le resulta ideal realizar una barbacoa en la sala donde están Las Meninas porque así disfruta de una chuletas mientras ve el cuadro.

Todas las situaciones anteriormente expuestas son inaceptables y si se dieran la humanidad perdería un legado pictórico irreparable, por ello las personas cuando visitamos el Museo del Prado a parte de comprar la entrada, respetamos las normas que el museo tiene y somos conscientes de la alta seguridad que tiene el museo, de hecho no conozco ningún incendio producido en el Museo del Prado, al menos en los últimos años (si alguna persona puede aportar algún dato al respecto, sería interesante que lo comentara).

¿Por qué no nos comportamos igual cuando vamos al campo? El Museo del Prado es de todos y a nadie se le ocurre descolgar un cuadro y llevárselo a casa, ciertamente seguro que habrá gente que sería capaz de ello, pero la vigilancia y seguridad disuaden a las personas que decidieran hacer tal hecho delictivo, por ello dotar al medio natural de vigilancia y seguridad evitaría la destrucción cada año de miles de hectáreas calcinadas debido a los incendios forestales.


Cuando un bosque se quema, mueren miles de seres vivos y desaparece el hogar de los seres vivos que habitaban el bosque, y un lugar que rebosa vida se convierte en una zona oscura donde la incertidumbre invade todo el terreno que antes ocupaba el bosque, por todo ello o por el motivo que uno desee protege tus bosques, denuncia los actos delictivos y participa en todas las repoblaciones que puedas, plantar un árbol es una experiencia única y supone dotar de raíces a una sociedad más sostenible y respetuosa con el medioambiente.


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