En lo que va de año se han
quemado, mejor dicho “han quemado”, en muchos casos, más de 181.000 hectáreas,
recordemos que una hectárea son 10.000 m2, estos datos son cada vez más
precisos gracias a las fotografías aéreas que permiten calcular con mucha exactitud
la extensión de terreno quemada.
Los medios de los que
dispone el Ministerio de Medioambiente han sido utilizados en 405 incendios,
dato muy superior a la media respecto a años anteriores, las Comunidades
Autónomas más afectadas por los incendios forestales son: Castilla y León,
Galicia, Comunidad Valenciana, Madrid, Murcia, Castilla La Mancha, Islas
Canarias y Andalucía.
En el pasado mes de agosto
coincidieron 52 incendios forestales en 26 provincias, tal circunstancia han
ocasionado que el Ministro de Medioambiente, promueva un decreto ley de medidas
urgentes.
La descentralización de las
competencias que prestaba el Estado, fueron recayendo en las Comunidades
Autónomas que con cierta avaricia veían en la descentralización la gallina de
los huevos de oro, ya que la descentralización no solo se quedo en las
Comunidades Autónomas, sino que estas a su vez descentralizaron multitud de
competencias en las Provincias y estas en los Municipios, de ahí que un alcalde
pueda recalificar terrenos rústicos y convertirlos en terrenos urbanizables, uno
de los orígenes de la crisis provocada por la burbuja inmobiliaria.
Volviendo a los incendios
forestales, las Comunidades Autónomas son las competentes en la defensa de los
montes públicos, y son muchas las Comunidades Autónomas las que han reducido el
presupuesto en la prevención de incendios forestales debido a la crisis económica
que sufre todo el país.
Es importante recalcar que
la situación climática de este verano es muy adversa debido a las altas
temperaturas ocasionadas por las diversas olas de calor procedentes África,
concretamente del desierto del Sahara, desde donde procedía un viento cargado
de partículas y de aire muy caliente, junto con el periodo de sequía que
estamos atravesando, estas circunstancias han hecho que este año nuestros montes
estén mucho más secos, y la extinción de los incendios haya sido mucho más
difícil.
Lo peor de todo es que saber
que un alto porcentaje de los incendios forestales son provocados por
individuos que esperan las condiciones más adversas para provocar los incendios
forestales, gracias a la especialización de los agentes forestales y de la
Guardia Civil en la investigación de los delitos medioambientales, hoy en día
las técnicas permiten saber con rigor científico si un incendio forestal ha
sido provocado intencionadamente, por actuaciones imprudentes o por causas
naturales.
Por lo que el Ministro de
Medioambiente ha insistido en la necesidad de reformar la tipificación de los
delitos penales en materia medioambiental y modificar las penas a través del
endurecimiento de las mismas en el caso concreto de los pirómanos, además se
pretende modificar el sistema judicial, para que los delitos medioambientales
sean juzgados directamente por jueces ordinarios.
Los artículos del Código
Penal que podemos consultar en materia de incendios son los siguientes: 351,
352, 353, 354, 355, 356, 357y 358, algunos de los cuales serán modificados por
el actual Gobierno, para tipificar o definir los delitos medioambientales en
materia de incendios forestales de forma más rigurosa y endureciendo las penas.
Uno de los factores más
destacado de este año, es el alto número de incendios forestales que ha
afectado a zonas pobladas, donde se han quemado casas enteras, lo que indica la
gravedad de la situación y que cada vez quedan menos zonas donde ciertos
intereses ocultos motivan a los pirómanos a actuar.
El problema de los incendios
forestales se repite cada verano en nuestro país y como vemos el problema no
muestra signos de remitir sino que cada año se baten record de hectáreas calcinadas,
de ahí la suma importancia de no reducir recursos sino incrementar cada año más
en prevención, como siempre se dice los incendios forestales se previenen en
invierno, con tareas de mantenimiento del monte tanto público como privado.
Las medidas a tomar desde mi
punto de vista son las siguientes:
* El Estado debe recuperar
la competencia de la gestión de los montes públicos de todas las Comunidades
Autónomas.
* Eliminar de forma rigurosa
especies arbóreas introducidas como el eucalipto.
* Incrementar los medios
humanos y materiales en la prevención, vigilancia y recuperación de los montes.
* Permitir la explotación
tradicional de los montes de forma sostenible.
* Ampliar los delitos
medioambientales recogidos en el Código Penal, endureciendo las penas y dotar
de mayor publicidad a los artículos que recoge el Código Penal en materia
medioambiental, para que la sociedad aprenda que el medioambiente está
protegido jurídicamente.
Personalmente pienso que las
penas deben ir en función del delito, y la pena debe servir para que el
delincuente repare el daño causado a la sociedad y se pueda reinsertar en la
misma, por ello si fuera el legislador, propondría que en los casos de los
pirómanos en vez de cumplir condena en la cárcel solamente, los delincuentes
dedicaran 8 horas al día a plantar árboles y arbustos en la zona donde
ocasionaron el incendio, de tal manera que la pena sirviera para reparar los
daños y concienciar a la persona del estropicio causado.
* Utilizar los amplios
recursos humanos y materiales del que dispone el Ejército, de forma rápida y
precisa.
* Invertir en programas de
vigilancia estables en el tiempo, contratando personal de forma estable, se han
dado casos donde los propios empleados de los retener contra los incendios
forestales, que son contratados mediante contratos esporádicos y temporales han quemado el monte
para así asegurarse el empleo la temporada próxima.
* Ampliar el número de
Agentes Medioambientales y que dependan del Estado no de las Comunidades
Autónomas.
* Recuperar las especies
botánicas autóctonas, sustituyendo regularmente las extensas zonas de pinares
por especies autóctonas, un ejemplo el Monte Abantos, tiene una zona en regeneración
debido a un incendio forestal que se produjo en 1999 donde se quemaron 450
hectáreas, por lo que se debería recuperar esa extensión de terreno con
especies como la encina y el fresno en la falda de la montaña, con robles desde
la falda hasta los 900-1000 metros de altitud, con pinos por encima de los 1000
metros y con arbustos e herbáceas en las partes más altas.
En cuanto a la zona que se
mantiene con vegetación ir creando clareos mediante la eliminación de ciertos
ejemplares de pinos para que puedan dejar sitios a las especies autóctonas que
en ciertas zonas están rebrotando pero que no pueden proliferar debido a la
alta densidad de pinos que les crean un alto estrés a través de la competencia
por la luz y por el suelo.
* Crear programas populares
de plantación de árboles y arbustos, como por ejemplo: “un árbol por cada
funcionario de la administración pública”, donde se organice un día laboral
para que los funcionarios puedan plantar árboles, hacerlo también con los
escolares, con los ciudadanos en general, incentivar a las empresas privadas a
que sus trabajadores dediquen un día laboral a plantar árboles, todo ello
coordinado por la administración que indique los lugares adecuados, facilite
los árboles y arbustos autóctonos a plantar al igual que las herramientas
necesarias, con esta medida en pocos días se podría plantar más de un millón de
árboles y arbustos, con un coste económico muy reducido ya que las personas que
plantarían los árboles y arbustos serían voluntarios.
* Facilitar el conocimiento
del entorno que nos rodea mediante sendas guiadas por profesionales, de tal
forma que a través del conocimiento lleguemos al respeto por el entorno natural
que nos rodea.
* Concienciar a la población
del alto valor medioambiental, social y económico que tienen nuestros montes.
Un ejemplo que me sirve para
explicar muy claramente el daño que se produce en un incendio forestal, es el
siguiente:
Madrid dispone de unos de
los museos más importantes del mundo, el Museo del Prado; imaginemos que un pirómano
o un imprudente visita el museo, y decide quemar el museo porque no le gustan
los cuadros que el museo alberga, porque quiere especular con el terreno que
ocupa el propio museo, o simplemente una persona se pone a fumar dentro del
museo y provoca un incendio, a otra persona le resulta ideal realizar una
barbacoa en la sala donde están Las Meninas porque así disfruta de una chuletas
mientras ve el cuadro.
Todas las situaciones
anteriormente expuestas son inaceptables y si se dieran la humanidad perdería
un legado pictórico irreparable, por ello las personas cuando visitamos el
Museo del Prado a parte de comprar la entrada, respetamos las normas que el
museo tiene y somos conscientes de la alta seguridad que tiene el museo, de
hecho no conozco ningún incendio producido en el Museo del Prado, al menos en
los últimos años (si alguna persona puede aportar algún dato al respecto, sería
interesante que lo comentara).
¿Por qué no nos comportamos
igual cuando vamos al campo? El Museo del Prado es de todos y a nadie se le
ocurre descolgar un cuadro y llevárselo a casa, ciertamente seguro que habrá
gente que sería capaz de ello, pero la vigilancia y seguridad disuaden a las
personas que decidieran hacer tal hecho delictivo, por ello dotar al medio
natural de vigilancia y seguridad evitaría la destrucción cada año de miles de
hectáreas calcinadas debido a los incendios forestales.
Cuando un bosque se quema,
mueren miles de seres vivos y desaparece el hogar de los seres vivos que
habitaban el bosque, y un lugar que rebosa vida se convierte en una zona oscura
donde la incertidumbre invade todo el terreno que antes ocupaba el bosque, por
todo ello o por el motivo que uno desee protege tus bosques, denuncia los actos
delictivos y participa en todas las repoblaciones que puedas, plantar un árbol
es una experiencia única y supone dotar de raíces a una sociedad más sostenible
y respetuosa con el medioambiente.
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